Resumen:
En el cristianismo católico, la conmemoración de la Pascua refleja una profunda religiosidad, destacan en ese contexto las penitencias de la cuaresma y las procesiones devocionales que conmemoran la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret. La Resurrección de Cristo se convierte en el núcleo de esta celebración, es la fiesta principal y se centra en el sacrificio pascual que surge de la muerte del Señor. Esta manifestación religiosa, de gran arraigo en la población de la región insular, se celebra anualmente en la ciudad de La Asunción, capital del municipio G.J. Juan Bautista Arismendi y del estado Bolivariano de Nueva Esparta. Allí, moradores y visitantes han tejido un imaginario colectivo cargado de fervor religioso y profunda devoción. El desarrollo de la Semana Santa implica una intensa actividad litúrgica que involucra a la feligresía, así como a autoridades religiosas, administrativas y políticas, quienes se unen en una sola fe y fervor. Este proceso se inicia con el tiempo de Cuaresma, comenzando el Viernes de Concilio, seguido por el Domingo de Ramos, que evoca la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, junto con la bendición de las palmas. Este acto marca formalmente el inicio de la Semana Santa, la cual sigue un recorrido de eventos hasta culminar en el Domingo de Resurrección. Este fenómeno religioso ha dado pie a esta investigación que contribuirá con la comprensión de las conductas propias de esta comunidad, y abre la puerta a nuevas líneas de investigación, con el objetivo de convertir esta actividad religiosa-cultural en patrimonio inmaterial del estado.
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